La afasia afecta a un cuarto de millón de personas en el Reino Unido y cada año se diagnosticarán otros 20.000 casos. La afección suele afectar a personas mayores a partir de los sesenta y tantos años, aunque existen algunos desencadenantes de la afección que pueden ocurrir en niños y personas más jóvenes.
La afasia afecta el cerebro y causa problemas de comunicación. Provoca dificultades en la comprensión y el uso del lenguaje para comunicarse. Hay cinco tipos de afasia y todos afectan la capacidad del paciente para comprender, leer o pronunciar palabras. La Afasia Expresiva es una de estas variantes.
La afasia es causada por daño al cerebro. Existen varias causas conocidas, pero el desencadenante más común suele ser un derrame cerebral. Los estudios han demostrado que hasta el 40% de los supervivientes de un accidente cerebrovascular sufren de afasia. Otras causas que se observan con frecuencia son lesiones en la cabeza, tumores cerebrales o afecciones como la enfermedad de Alzheimer que provocan una degeneración del cerebro durante un período prolongado. La afasia también puede ser causada por una infección cerebral como la meningitis o por un problema neurológico como la epilepsia.
Los pacientes que presentan afasia expresiva no tendrán dificultad para pensar en una oración, pero les resultará muy difícil expresarse. Esto afectará tanto al lenguaje hablado como también a la comunicación escrita. Las personas que padecen una forma leve de afasia expresiva simplemente tendrán problemas para encontrar la palabra correcta para insertar en su oración o pueden tener dificultades para seguir una conversación compleja. Otros pacientes que padecen una forma más grave de la afección verán su comunicación considerablemente afectada y pueden descubrir que son completamente incapaces de participar en conversaciones. Los síntomas incluyen habla muy lenta o pausas en el diálogo, dificultad para pensar en palabras o el uso de palabras incorrectas en una oración.
Si se sospecha afasia, se debe derivar al paciente a un terapeuta del habla y el lenguaje que pueda realizar pruebas para confirmar el diagnóstico. Se le puede pedir al paciente que nombre objetos o responda preguntas. También se pueden realizar varias exploraciones (MRI, CT o PET) para investigar el alcance de cualquier daño en el cerebro.
En algunos casos, la afasia expresiva no necesitará ningún tratamiento y eventualmente se corregirá por sí sola. Por lo general, el paciente recibirá terapia del habla para ayudarlo a recuperar cierto control sobre la capacidad de comunicarse, ya sea ayudándolo a restaurar las habilidades lingüísticas o ayudándolo a encontrar métodos de comunicación alternativos. Actualmente se están realizando investigaciones sobre el uso de medicamentos para tratar la afección. El tratamiento dependerá de la gravedad de la afección y de otros factores de salud contribuyentes.
La terapia del habla y el lenguaje a menudo incluirá terapias de grupo, repetición de palabras y oraciones y vinculación de palabras con objetos. También ayudará al paciente a aprovechar al máximo otros métodos de comunicación, como gestos, gráficos de comunicación o ayudas de voz generadas por ordenador.
La afasia expresiva puede ser muy frustrante y perturbadora, por lo que es posible que los familiares y cuidadores necesiten recibir consejos sobre la mejor manera de comunicarse con su ser querido. La paciencia y la comprensión son esenciales para facilitar una comunicación eficaz.